GURE ENBAXADOREAK: BOGDAN CRISTIAN POPA

Hay circunstancias que hacen que las cosas sean más difíciles para unos que para otros. Bogdan dejó su país natal, Rumanía, para venir a Goierri con su familia. Tenía 15 años. Hablaba rumano e inglés. Ahora domina también el euskera y el castellano. Tenía claro que quería estudiar Ingeniería Mecánica. Hizo el bachillerato científico en Goierri Eskola y en lugar de dar el salto a la universidad, optó por cursar el módulo de mecanizado. Con el título de “Técnico superior en programación de la producción en fabricación mecánica” bajo el brazo, comenzó la carrera de ingeniería en el campus Goierri de MU. Acabó el grado en junio del año pasado. En octubre firmó su primer contrato de trabajo para seis meses. Trabaja en la oficina de técnica de Voith Paper en Tolosa. Le acaban de renovar el contrato.

“Recomiendo hacer un grado de FP antes del grado en ingeniería porque todo son ventajas”

Bogdan Cristian Popa. Tu nombre delata tu origen extranjero. ¿Nos lo cuentas?

En realidad, el único apellido que tengo es Popa. En Rumanía se utiliza el primer apellido del padre. Vine de Rumanía a los 15 años –ahora tengo 26- junto a mi madre y mi hermano. Mi padre llevaba para entonces un año viviendo aquí. Entré al Instituto Loinazpe en 4º de ESO. Repetí el curso porque no sabía ni euskera ni castellano. Hablaba inglés pero los demás tampoco se manejaban muy bien. Tuve la ayuda de una traductora durante tres meses pero no logré aprobar el curso.

¿Recuerdas  aquellas primeras impresiones tras aterrizar en un país nuevo?

No sabía qué me esperaba. Era algo totalmente nuevo. Y me acuerdo de los nervios por no controlar el idioma. Pero todo fue muy bien. Y no tuve ningún problema ni con los compañeros ni con nadie.

¿Y tu primer día en Goierri Eskola? ¿Lo recuerdas?

Sí. Me equivoqué de clase. Para entonces llevaba dos años en Euskadi. Tras acabar 4º de ESO vine a Goierri Eskola a hacer el bachillerato científico. Me costó lo mío. Dábamos asignaturas que no me gustaban nada como Filosofía, o Historia, mucha teoría y toda en euskera.

¿Por qué elegiste bachillerato científico?

Porque tenía claro que quería hacer Ingeniería Mecánica.

Pero en lugar de hacer el bachillerato y acceder a la universidad directamente, optaste por un camino un poco más largo…

Hice el módulo de mecanizado para evitar hacer la selectividad. De esa forma, puedes acceder a la universidad sin hacer el examen de selectividad. Quise hacerlo así porque en la selectividad tenía exámenes en euskera y en castellano.

¿Recomiendas pasar por  un ciclo de Formación Profesional antes de la universidad?

Totalmente. A mí me ha venido muy bien. En la universidad me sirvió todo lo que había aprendido en el módulo. Además, me convalidaban dos asignaturas por curso. Recomiendo ese camino. Cuando íbamos a hacer las prácticas yo ya conocía los tornos, los profesores de taller… para mí, es lo ideal. Y también me ha valido a la hora de encontrar un trabajo porque según me dijeron, el haber hecho un módulo era un valor añadido. Les gustó que supiera cómo se fabrica una pieza y que no solo tuviera conocimiento sobre el papel. Tengo compañeros que han hecho ingeniería y luego han complementado el grado con el módulo. Para mí son todo ventajas.

Te ha costado muy poco tiempo entrar en el mercado laboral.

Sí. Acabé el proyecto de fin de carrera, me fui a Rumanía de vacaciones y me llamaron de la empresa en la que estoy trabajando. Goierri Eskola junto con Lanbide ayuda a los alumnos a buscar empleo, hay una persona que se encarga de ello. Las empresas ya conocen el perfil de los alumnos que van a salir por la relación que tiene la escuela con las empresas del entorno. Yo empecé a trabajar en octubre. Todo fue muy rápido. Llevo trabajando seis meses y me acaban de renovar el contrato para año y medio.

¿Qué valoración haces de tus primeros meses de trabajo en Voith Paper?

La experiencia ha sido muy buena. Estoy aprendiendo y viajando. Tenemos tanto proyectos nacionales (Huelva, Navia, Barcelona etc.) como internacionales (Suecia, Finlandia, Pakistán etc.). La delegación de Tolosa se dedica a reparar máquinas que fabrican papel. No fabricamos la máquina en su integridad. Hacemos reformas y mantenimiento: Nos llama un cliente que tiene una máquina de la marca Voith o de cualquier otra porque desea, por ejemplo, implementar sensores y allá vamos. Medimos, volvemos a la oficina, dibujamos y realizamos las modificaciones.

¿Y lo de tener que viajar, cómo lo llevas?

Era algo nuevo para mí. Tenía curiosidad por saber cómo sería viajar por trabajo y me he dado cuenta de una cosa. Yo pensaba que me gustaba viajar. Y lo que me gustaba realmente era irme de vacaciones. Los viajes normalmente son de una semana, pero se hacen largos, se trabajan muchas horas cuando se está fuera, llegas y no conoces la ciudad… también es bonito pero no tanto como me esperaba yo.

Voith es una empresa alemana. ¿En qué se diferencia en comparación con las empresas de aquí?

Es una empresa familiar alemana. En Tolosa tiene alrededor de 200 trabajadores pero a nivel mundial somos 19.000. Son alemanes. En la forma de organizar el trabajo, en la disciplina y el sistema porque todo lo que hacemos pasa por Alemania. Hasta internet. Google Maps nos ubica en Alemania en lugar de en Tolosa.

En cuanto al trabajo, ¿cómo te has visto en ese proceso de transición de la universidad a la empresa?

El trabajo en sí no me ha parecido difícil. Te forman justo para eso. La carrera es muy dura, pero te preparan para la vida real, para la vida laboral. En MU tienen implantado el PoBL (Project-based Learning) lo que quiere decir que al final de casa semestre teníamos que presentar un proyecto. Nos planteaban un problema y teníamos que encontrar la solución. Trabajábamos en grupos y teníamos que buscarnos la vida, lo mismo que cuando vas a una empresa. Es con los proyectos con lo que realmente aprendes. Y no adquiríamos solo conocimientos científicos, también aprendíamos que es el trabajo en equipo. En clase, bien, te aprendes la fórmula y sabes cómo resolver los problemas pero en un proyecto no tienes una fórmula ni tienes la solución.

¿Recuerdas los proyectos en los que participaste?

En el primer semestre del primer año nos dieron una lámpara, un flexo con un muelle. Los profesores colocaban un peso en él y lo dejaban caer. Los alumnos teníamos que predecir en que posición iba a parar. En el segundo semestre hicimos la maqueta de un balancín para niños para estudiar las vibraciones y en concreto el fenómeno de resonancia. En segundo, realizamos el estudio de una punzonadora y mejoramos el diseño original. En tercero diseñamos y fabricamos una máquina lanzapelotas automática para el entrenamiento personal de los tenistas. Y en el último año, el proyecto de fin de carrera que es individual y normalmente se hace en una empresa.

Estoy contento con la preparación y los profesores que tuve.

¿Cuál fue tu proyecto de fin de carrera?

Lo hice en la empresa Laulagun Bearings. Hicimos un banco de ensayos en el departamento de I+D. Querían ensayar las bolas de los rodamientos. Fabrican rodamientos para aerogeneradores que son de tres, cuatro o cinco metros y necesitaban ensayar las bolas.

¿Qué consejo le darías a una persona que le está dando vueltas hacer Ingeniería Mecánica?

Que lo tenga claro. El primer año es cuando te das cuenta si de verdad quieres hacer ingeniería o no, porque hay quien empieza por satisfacer a los padres o por otros motivos. Y si no es lo que realmente quieres hacer, no la puedes acabar. La carrera es dura. No puedes dejarlo todo para el último día.

Has estudiado lo que soñabas y ya estás trabajando. A partir de ahora ¿qué?

Hasta aquí lo tenía planeado. Hacer la carrera, encontrar trabajo y a partir de ahora, iré sobre la marcha…