PEDRO GARCIANDIA

Director de Desarrollo de Negocio Global en Indar

Lleva trabajando en Indar desde 2005 como Director de Desarrollo Global en las divisiones de negocio de la compañía: generación de energías renovables, generación de energía convencional y sistemas de cogeneración, sistemas de propulsión y de generación auxiliar para buques y motores y bombas para minería profunda y plataformas offshore.

 

“Ser dueños de nuestra propia tecnología ha sido clave”

Indar está de celebración. Nació hace 75 años como Construcciones Electro-Mecánicas Indar Larrañaga y Ormazabal SRC en la Avenida de Navarra de Beasain. Hoy es el principal diseñador y fabricante mundial de motores de propulsión silenciosa. En la planta de Beasain lucen motores para dos buques oceanográficos de la armada canadiense, aunque, la división de mayor implementación de la firma, según Garciandia, es la de generación de energía, hidroeléctrica y eólica. El reto de cara al mercado: la eficiencia energética. Y tras de 75 años, miran al 2020 convencidos de que serán más fuertes.

  

75 años. Tres cuartos de siglo. Si tuviera que contar la historia de Indar en tres secuencias, ¿con cuáles se quedaría?

Después de 75 años, Indar mantiene la misma filosofía de empresa y los mismos valores que una empresa familiar transmite desde sus orígenes. Los tres hitos principales son: la visión que los fundadores de Indar, la familia Ormazabat etc. tuvieron hasta su incorporación en el Grupo Ingeteam en el año 97. Indar daba respuesta a las necesidades de la posguerra porque su fundación coincide justo con el fin de la Guerra Civil española.

Un segundo hito clave es el año 97, cuando el Grupo Ingeteam se hace cargo de los activos de Indar. Con una crisis global que afectó de forma significativa a Indar, con la incorporación al grupo, comienza un camino de inversiones fuerte en capital humano y en tecnología y que constituyen la punta de lanza de lo que es hoy la empresa.

 

¿Y el tercer hito?

El de 2008. Un incendio nos dejó con el 40% de superficie de producción destruido completamente y en un año de mucha facturación. Aquel año se facturaron solo en Beasain 200 millones de euros. Había que dar respuesta a una cartera de clientes muy importante y lo hicimos gracias al apoyo tanto de Ingeteam como de proveedores de Beasain que nos dejaron zonas de montaje, medios, etc. Fuimos capaces de volver a levantar todo aquello y alcanzar una facturación record.

Y destacaría este año 2015 por el 75 aniversario y por la consolidación de nuestro plan estratégico ya aprobado y en marcha, que nos proyecta con una visión 2020 muy interesante. Nos posicionamos con unos productos de mucho valor añadido integrados en unos modelos de negocio muy bien definidos y muy diversificados en las seis unidades de negocio de la casa.

 

A grandes rasgos, ¿qué contempla ese plan estratégico?

Nuestro reto es ser el doble de fuertes de lo que somos. Creemos en el camino que hemos seguido hasta ahora, hemos definido una serie de cuestiones genéricas y particulares, y apostamos firmemente por ser el doble de fuertes concentrando en Beasain todas las actividades de valor añadido de Indar.

laboratorio

 

Fundada en 1940, por aquel entonces, vuestro producto se conocía como “Alternador Indar” y hoy Indar es el único constructor de los motores de propulsión silenciosa. Tecnología destinada, de momento, a buques y a yates, ¿es vuestro producto estrella?

Es uno de ellos. Estrella si es, si lo citamos en términos de marketing, pero no desde el punto de vista de la rentabilidad. Tenemos seis unidades de negocio y cada unidad de negocio fabrica. Lo que tienen en común las unidades es que somos el principal fabricante nacional y uno de los principales a nivel mundial en máquina eléctrica rotativa, motores y generadores.

Motores para accionamientos industriales, mineros… y hoy, principalmente, para la propulsión naval. Y está la generación de energía. Energía renovable, eólica e hidroeléctrica sobre todo, aunque también tenemos una parte de generación de energía con gas, vapor y diesel como prime mover.

 

¿Y cuál es la unidad de negocio más activa?

La generación de energía: Hidroeléctrica y eólica. En la primera somos líderes, no ya europeos sino globales, en el segmento de la generación hidroeléctrica. En la segunda, llevamos instalados 18 GW de potencia.

¿Cuál es el reto en el ámbito de la energía?

La eficiencia energética, sin duda, es el reto al que nos enfrentamos todos los que estamos en la cadena de valor de la energía. Lograr máquinas mucho más eficientes. El concepto nuclear es el cost of energy.

 

¿Qué impacto tienen algunos factores externos como, por ejemplo, la bajada de crudo?

Un impacto muy grande. Hay sectores como el oil&gas al que servimos con bombas y motores, y evidentemente, estamos notando el impacto de esta drástica bajada. No favorece en un entorno general.

Las energías renovables se cuestionan cuando los costes de las energías convencionales bajan. ¿Por qué queremos eficiencia energética? Para que el coste de la energía sea el menor posible. Si baja el precio de las fuentes convencionales de energía (petróleo, gas…), la ecuación de la balanza entre renovables y no renovables se iguala bastante y ahí empezamos a tener problemas, no nosotros, sino los stakeholders que toman las grandes decisiones sobre proyectos de energías renovables, así como los propios gobiernos. La eólica, por ejemplo, está altamente regulada.

 

En 2005, los generadores de Indar producían el 10% de la potencia eólica mundial. ¿En la actualidad?

No, y por un motivo evidente. Han pasado 10 años y hemos asistido a la eclosión de China como potencia mundial. China tiene tres grandes fabricantes de energía eólica que han irrumpido con fuerza. Los tres están en el top 5 y por lo tanto, el mapa ha cambiado radicalmente.

Sí hemos perdido un poco de cota de mercado por la aparición de nuevos actores fuertes con una presencia local muy fuerte y en paralelo, la propia demanda onshore ha disminuido en el mundo, por razones de la consabida crisis.

 

Aún y todo, como ha dicho, Indar mira al 2020 con muy buenas perspectivas. ¿Hasta qué punto ha influido la apuesta por la expansión que hizo Indar al adherirse al grupo Ingeteam?

La evolución ha sido exponencial. Los 90 fueron años duros en general y en nuestra casa, en particular. La incorporación al proyecto Ingeteam fue determinante a la hora del despegue de lo que hoy es Indar, una Indar altamente diversificada y muy internacionalizada con cotas del 90% de exportación.

Zona Hydro

Internacional ha sido desde sus orígenes. Ya en los 50 exportaba a países europeos como Holanda. ¿Cómo ha ido cuajando esa evolución?

Salían camiones a Holanda, a Alemania… jugábamos con el factor mano de obra. España era un país barato en términos de mano de obra, Indar tenía un producto propio desarrollado y era competitivo.

 

¿Cómo se llega a crecer tanto?

Teniendo claro cuál es tu posición en la cadena de valor del proyecto al que estás sirviendo. Debemos superar la visión “producto” e ir hacia una visión de producto ampliado, teniendo una visión del sector en el que se integra tu aplicación y siendo parte dentro de ese modelo de valor.

 

En el caso de Indar, ¿la mayor parte del producto es personalizado?

Hay una diversificación en cuanto a modelos. El modelo eólico es claramente seriado, se parecería bastante al de automoción, pero eso no significa que no sea de alto valor tecnológico. Tienes que desarrollar y homologar las series y ofrecer la calidad que nos exige el mercado. En cambio, el resto de productos de Indar son trajes a medida, todos los motores y toda la parte de generación.

 

La homologación requiere mucho coste de I+D. Nosotros tenemos la suerte de ser dueños de nuestra tecnología, de tener un complemento extraordinario en el grupo Ingeteam que son los convertidores de frecuencia, que interactúan con nuestros motores muchas veces en muchas aplicaciones, y de tener una I+D+i propia como es tener uno de los mejores laboratorios de Europa de máquina eléctrica rotativa y de electrónica de potencia conjunta.

 

¿Para qué les sirve el laboratorio?

Nos permite probar nuestros generadores a plena carga y en condiciones reales.Como si estuviéramos en un barco y el motor diesel estuviera funcionando activando nuestro generador, nuestro generador al convertidor, y el convertidor al motor. Ésa es la secuencia. Todo eso lo puedes simular a plena carga en nuestro laboratorio.

Hay tres laboratorios de este tipo en Europa, pero las otras dos pertenecen a grandes corporaciones multinacionales que son nuestros competidores globales. Ellos, al lado nuestro, son unos monstruos por tamaño, pero  nosotros tenemos ventajas competitivas como nichos de mercado y productos que se adaptan mejor por su flexibilidad.

 

¿Es importante alcanzar cierta dimensión para competir en el mundo?

El tamaño importa, importa bastante, pero ser flexible y dueño de tu tecnología es una variable que no hay que dejar de tener en consideración.

 

¿Es el I+D+i siempre la solución?

En nuestro caso ha sido una de las claves para que seamos, como digo, dueños de nuestra propia tecnología. Eso es lo que nos ha sacado adelante en gran medida, junto a la inversión que se hizo en capital humano y en formación. Indar es una escuela de ingenieros, de personas que viven el apasionante mundo de la máquina eléctrica.

La gente viene aquí a aprender, tenemos programas de colaboración con centros tecnológicos y universidades, y el laboratorio es un banco de aprendizaje y de formación para nuestros propios equipos.

 

Estamos emergiendo de la crisis que nos golpea desde el 2008. Indar ha sufrido embates de otras crisis, pero ¿cómo vive ésta?

Nadie se escapa de esta crisis y nosotros no somos la excepción. Se nota sobre todo en los márgenes. Por otro lado, éste es un sector muy dado a  la  concentración de actores. Quedamos cada vez menos actores independientes, lo cual no hace más que reafirmar nuestra apuesta por el desarrollo tecnológico propio que tenemos que tener.

 

Dice que estamos asistiendo a un proceso de concentración de multinacionales. Y los países, ¿qué hay de sus políticas proteccionistas?

Nos seguimos enfrentando a políticas proteccionistas por parte de algunos países que nos obligan a localizarnos en aquellas geografías en las cuales queremos ser un actor. Brasil es un exponente de todo esto y tenemos ejemplos mundiales bastante llamativos

Es una política trasnochada que no les va a beneficiar porque uno no puede ser competitivo si tiene normas de proteccionismo totalmente artificiales.

 

¿Dónde tiene más plantas Indar?

La planta principal es la de Beasain. Tenemos también una planta en España, en Castellón. Estamos muy activos en Milwaukee, en EE.UU. Tenemos una planta productiva interesantísima donde fabricamos generadores eólicos, y la cuarta planta es la de Ecatepec, en el Distrito Federal de México, donde fabricamos bombas y motores sumergibles.

¿Coinciden estas plantas con sus principales mercados?

No necesariamente. México es uno de los principales mercados para una de nuestras unidades, pero no para la globalidad de la empresa. Ahora mismo, en Norteamérica y América Latina estamos realmente bien posicionados.

 

Lo cual tiene su reflejo en las visitas de personalidades destacadas que ha recibido Indar este año, ¿no es así?

Sí, este año hemos tenido la visita del embajador de Canadá, Jon Allen. Asistió para supervisar las pruebas de dos motores silenciosos que estamos fabricando para dos buques oceanográficos, propiedad de los guardacostas de la armada canadiense. Y también ha estado recientemente el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, entro otros.

 

Sin embargo, el compromiso de Indar por la comarca siempre ha estado latente. En algún momento, ¿se ha tambaleado ese compromiso?

Somos una empresa muy arraigada en Beasain y en Goierri, y estamos muy orgullosos de ello. . Concebimos la importancia la responsabilidad social corporativa para con nuestro entorno, estamos generando riqueza en y desde Beasain, y concentrando las actividades de mayor valor añadido aquí, así como la inversión.

¿Son conscientes del valor que tiene su aportación en entidades como Goierri Eskola?

En estos últimos cuatro años hemos reforzado nuestra participación en la comarca. Si antes estábamos ahí, ahora estamos de forma mucho más activa con relación a Goieki o a centros de enseñanza. Si queremos centrar todas nuestras actividades de valor añadido en Beasain, nos hará falta gente bien preparada. Nuestra apuesta es Beasain pero necesitamos gente cualificada.

Nuestra preocupación no se centra en a quién contratar mañana si necesitamos a una persona, sino en definir qué rumbo ha de tomar Goierri Eskola y la escuela de ingeniería, así como los centros educativos del entorno desde el punto de vista de la industria. Hay que ver en qué dirección se tienen que mover para dar respuesta a las necesidades de la empresa. Y éste es un trabajo colectivo. Tenemos que ver entre todos cómo generar puestos de trabajo de calidad. En Indar el 80% de la plantilla es de Goierri.

IÑAKI ZABALO, director de Goierri Eskolako

“Como bien dice Pedro Garciandia, es más necesario que nunca que instituciones, empresas y centros formativos y tecnológicos vayamos de la mano y trabajemos codo con codo. Es clave para la competitividad de nuestras empresas y para el propio desarrollo personal de nuestras alumnas y alumnos. Tienen que estar bien preparados para acceder al mundo laboral y tienen que estar preparados para que empresas de nuestra comarca no tengan que salir fuera a buscar profesionales cualificados. Nos necesitamos unos a otros. Aprovechemos la oportunidad aportando cada cual lo que está en sus manos.

Y aprovecho estas líneas para felicitar a todo el equipo de Indar por su 75 aniversario. Es todo un orgullo contar con empresas como Indar en nuestro patronato. Os deseamos un camino tan exitoso como el que habéis hecho hasta ahora”.

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